Powered By Blogger

viernes, 12 de octubre de 2018

CRÉETELO... O NO (19)


Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia

Hubo un tiempo en que los autores incluían al comienzo o al final de sus novelas lo que en la industria cinematográfica estadounidense se conocía como el All Persons Fictitious Disclaimer, un descargo de responsabilidad que subrayaba el carácter ficticio de los personajes y de la acción. Su origen se remonta a 1934, cuando la princesa Irina Alexandrovna de Rusia denunció a la Metro-Goldwyn-Mayer por las injurias vertidas contra ella en la película Rasputin and the Empress. La princesa se vio reflejada en el personaje de Natacha, interpuso una denuncia y la ganó. La Metro tuvo que pagar más de un millón de dólares de la época. Para evitar casos semejantes, las productoras empezaron a incluir la advertencia de que cualquier parecido de la película con la realidad era pura coincidencia, lo que suponía un reconocimiento del poder de la ficción. Al subrayar su carácter irreal, se estaba reconociendo la capacidad de la ficción, si no para modificar la realidad, sí su relato, que al final es lo que cuenta.
         Los Cinco y yo. Antonio Orejudo



  

No hay comentarios:

Publicar un comentario