Dios era, como siempre, inalcanzable, inconmovible... Dios se aferraba a su Gloria y no quería atender a los miserables que gemían en la tierra. Dios, sin duda, estaba harto de tanta mentira, de tanta crueldad y de tanta ruina.
El declive y la cuesta. Mercedes Salisachs
El silencio de Dios entre las voces.
Obra completa (A orillas del gran silencio, "Camino del silencio"). Santiago
Montes
El miedo del Silencio de Dios.
Hilos sueltos. Fernando Menéndez
O no existe Dios, y allí seguiremos estando a merced del mismo destino ciego que sufrimos aquí; o si existe, es el mismo que observa este mundo sin dar señales de vida.
Damas oscuras. VV. AA.
Cecilia de Nöel. Laone Falconer
Con rabia. Lorenza Mazzetti
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